El argumento trata de esos seis pacientes y de sus Transtornos Obsesivos Compulsivos (de ahí el nombre de la obra, Toc Toc), y esto logra que sea una comedia tan disparatada. Mientras uno no puede tocar el suelo ni una sola vez y se las busca para conseguirlo como sea, otro no para de decir palabrotas cuando menos te lo esperas (eran acertadísimos los momentos en los que las soltaba). Y así hasta seis transtornos que, aunque en la cruda realidad muchos de ellos sean un grave problema, llenan esta obra de humor y de momentos absolutamente ingeniosos.
A parte de que los diálogos sean muy ocurrentes, las actuaciones no se quedan atrás. Y es que soy de las que pienso que una buena historia, sin unos buenos actores, no vale para nada. Todas las gracias que aparecen en la obra necesitan de personajes que tengan la chispa adecuada para interpretarlas, y éste es el caso. Está claro que algunos actores sobresalen encima de otros, pero en general el resultado es más que correcto. Yo empecé a reir desde el primer minuto, y así hasta que acabó....
Por ello, esta obra sí que la recomiendo completamente, porque es una comedia de los pies a la cabeza, que te divertirá en todo momento y que te hará darte cuenta de lo GRANDE que es el teatro. Sí, con mayúsculas. Porque el teatro es cultura, es vida en directo y cuando algo así sale tan bien, no cabe otra cosa que aplaudir.
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