30 de noviembre de 2011

El silencio de la posguerra

Son bastantes ya las películas que han contado historias de la guerra civil española en todos los años en los que el cine existe en nuestro país. Este tema ha dado para mucho. Y ahora aparece esta cinta llamada "La voz dormida", centrada más concretamente en la posguerra, pero con las mismas ganas de contar una historia desgarradora, que llegue al corazón del público y que enseñe "a su manera" lo que pasó en esos largos y duros años de hambre y penurias.
Me gustó. Me gustó mucho. Benito Zambrano, director de la premiada "Solas"  -una de mis películas patrias favoritas- sabe qué enfocar y qué dejar atrás para que la gente se emocione en sus filmes. Esta historia está basado en la novela de Dulce Chacón, con la que comparte nombre. En ella nos cuentan la vida de Pepita, una joven cordobesa que llega a Madrid para intentar sacar a su hermana Hortensia de la cárcel, donde está presa por algún hecho en contra de la dictadura franquista. En torno a esto, giran varios enredos amorosos, de justicia y de dolor, donde tiene cabida cualquier sentimiento de empatía con cualquiera de sus personajes. El libro, como siempre, da mucho más de sí que la película (aquello de que tu mente se imagine toda una historia, pasa factura en el cine...), pero Zambrano ha sabido concebir una cinta que emociona, que entretiene y que te mantiene en espera de lo que va a acontecer hasta el último momento. Hay cosas que se pueden suponer, sí, pero todo llega de una manera perfectamente hilada y, sobre todo, interpretada.
Porque lo mejor para mí, sin duda alguna, son algunos de los actores de esta película. Más concretamente, actrices, ya que los dos personajes principales son encarnados por dos intérpretes que han conseguido, desde luego, mi más sincera admiración. En primer lugar, Inma Cuesta, la famosa "Margarita" de la aclamada serie Águila Roja -de la que me confieso fiel seguidora cada lunes- se pone en la piel de Hortensia, esa joven mujer embarazada y condenada a muerte que asume con orgullo su angustioso futuro. Lo clava, sin más. Me gusta en otros trabajos donde la he visto, y en éste no se queda atrás ni mucho menos. Esta chica se está labrando un porvenir espléndido en el mundo del cine. Pero, sin duda, la actriz que más me ha sorprendido y de la que tenía más dudas antes de ver la película, es María León. Interpreta a Pepita, una chica inocente y pueblerina, que se muestra tal y como es y que hace todo lo posible para sacar a su hermana de la cárcel. Y un personaje tan completo, con tantos matices, no me pegaba para una actriz que, personalmente, solo he visto en algunos capítulos de la serie Aída, y de la que solo se que es la hermana del gran Luisma de la misma serie. Pero me ha dejado absolutamente prendada. Tiene una mirada, unos gestos, una forma de hablar que, incluso, dentro de la angustia de su situación, me hacía sonreír de vez en cuando. Me ha parecido insuperable y allá donde vaya, seguiré disfrutando de sus actuaciones. Es el mayor descubrimiento de toda la película.
Por ello, merece la pena ir a verla y disfrutar de ella. Dejarse llevar por una historia que te marca y que nos llega más, quizá, porque esta parte de España nos toca aunque sea un poquito. Y sí, el mundo del cine parece que siempre pone a los mismos como los malos, que lo fueron, pero está claro que todos lo eran. Y por esto, mucha gente es susceptible de ver este tipo de películas, ya que siempre van a por los mismos y parece que a algunos molesta. Pero hay que abrir la mente, ya que para todos fue una etapa dura e infame, y no creo que nadie tenga que seguir estando a favor ni de unos ni de otros. Disfruta de la cinta sin más, sumergiéndote en la historia de estas dos hermanas. Aplaude y aplaude, porque se lo merecen. Y siéntete orgulloso de este cine nuestro que, aunque sea poco a poco, va dejando obras que todos tendremos ganas de recordar...

 

29 de noviembre de 2011

Arte por todos lados

Te ofrezco la posibilidad de aplaudir a más cosas que, aunque parecen más pequeñas, siguen siendo arte en estado puro...
Nuevos apartados en el blog, llenos de muchas novedades. ¡Disfrútalos!
Música: los últimos discos de cantantes o grupos que pueden ofrecerte mucho más que buena música y mejores canciones.
Cuentos: esas historias cortas que te hacen pensar a la primera, sin necesidad de nada más. Porque la vida es cuento...
Más aplausos: anuncios geniales, cortos fantásticos o simples historias audiovisuales llenas del mejor talento.
Porque de todo se aprende en esta vida, y mucho más de lo que te arranca una gran ovación. Sigamos aplaudiendo juntos... ¡Que así sea!


22 de noviembre de 2011

El árbol de la vida: cine hecho arte

Hay películas (muy pocas, desgraciadamente) que te dejan tocado cuando sales del cine. No sabes si realmente te ha encantado o no te has enterado de nada. Y eso es lo que me pasó con "El árbol de la vida", un filme totalmente diferente a todo lo comercial-ya inventado que nos rodea y que te conduce a una historia llena de imágenes excepcionales.
Es verdad que tienes que verla con la mente abierta, preparada para reflexionar y pensar preguntas sobre la vida que todos nos hemos hecho alguna vez. Por eso, hay veces que no encuentras tu lugar en la película y te evades ligeramente de la historia... es una historia lenta, pausada y que se fija en la belleza de las cosas de la manera más sutil posible. Nos cuenta la relación de un padre y su hijo, de cómo era en su infancia y del recuerdo que tiene en su madurez, abarcando también a sus hermanos y su amorosa madre. Pero, insisto, no cuenta la historia como todas las demás películas, con un principio-desarrollo-fin, sino que va mucho más allá. De repente, aparecen imágenes que no entiendes, que no sabes porqué están ahí (no desvelo nada aunque me muero de ganas), y que no te sirven de nada si no intentas meterte en la historia. Es una bella creación hecha con ternura, con sinceridad, con un ritmo sosegado, sí, pero que te llena de paisajes e imágenes que hacen que vueles a otra dimensión.
Y esto no se podía esperar de otro director que no fuera Malick. Éste es uno de sus trabajos más simples pero, a la vez, uno de los más desafiantes. El creador de obras como "La delgada línea roja" o "El nuevo mundo", esta vez se deja llevar por la tranquilidad y la belleza, el odio y el amor, y nos muestra una película llena de primeros planos exquisitos, que sólo él sabe elegir. Y lo que también sabe elegir, sin duda alguna, son los actores y actrices que encarnarían los personajes tan cuidados de su filme.
Y ahí aparece él. Un Brad Pitt que se sale, como siempre, porque a pesar -o sin pesar- de tener la etiqueta de "hombre más guapo", a mi me parece un actor de los pies a la cabeza, con un talento indiscutible, y que en todas las películas que he visto de él (creo que todas), me ha dejado con la boca abierta. Me he creído ciegamente sus personajes, porque los  borda, y en ésta encarna a un padre serio, disciplinado y poco cariñoso que intenta enseñar lo mejor que sabe a sus hijos. Bravo, Pitt. Cuántos más años cumples, más te superas. Su compañera de escena, Jessica Chastain, también es una acertadísima elección. Representa a la madre de los niños, una madre llena de amor y de ternura que, ya de por sí, la actriz expresa sin problemas. Tiene un rostro precioso y suave y, con su gran actuación, te hace sentir un cariño especial por su personaje. Y, a pesar de su edad, los niños no se quedan atrás. Ejercen sus papeles con muchísimo trabajo, con una naturalidad desbordante y un mimo que te cautiva. Los tres me parecen admirables, así que genial tu elección, Malick. De Sean Peen no digo nada porque, en una película que dura dos horas y cuarto, saldrá unos diez minutos como mucho. Algo que no me parece lógico ya que, en los trailers y demás publicidad de la cinta, lo anuncian como si fuera protagonista como los demás, y no es así.
Así que piensa que si te gustan las películas de acción, si vas al cine para divertirte y no pensar en nada más, no la veas. Te aburrirá seguro. Pero si buscas algo más, si te gusta un cine peculiar, diferente, que te pueda aportar cosas nuevas, ésta es tu película. En definitiva, si la ves, no te dejará indiferente. ¿Por ser una obra maestra o un gran fraude? Eso depende de tí, aplaudirás o no, pero yo me inclino mucho más por lo primero: arte en el cine en su estado más puro.

 

8 de noviembre de 2011

Las "espectaculares" aventuras de Tintín

Steven Spielberg nos tiene acostumbrados a películas impresionantes. Por eso, cuando te diriges a ver una película suya, sabes que te va a encantar. Y así fue lo que  me pasó con su último filme, "Las aventuras de Tintín: el secreto del Unicornio", una cinta que el director llevaba mucho tiempo queriendo realizar y que, por fin, ha elaborado de una forma sublime. Está claro que nadie mejor que él para elaborar algo así.
Y es que este personaje tan conocido en el mundo de los cómics se merecía una película como ésta, en la que intriga y acción se mezclan con una historia muy bien confeccionada y unos efectos especiales de lujo. La historia habla de un nuevo caso en la fructífera trayectoria profesional de Tintín como periodista, en el que seguirá la pista de unas maquetas de barco que, al parecer, tienen un secreto centenario escondido y siempre acompañado de varios personajes, cada cual más pintoresco, y de su leal perro Milú. El joven periodista se embarca en una aventura para averiguar el lugar del Unicornio, mientras ocurren varios giros inesperados que hacen que no despegues tus ojos de la gran pantalla. La película, además, se muestra de una manera totalmente original: son actores y escenarios reales pero parecen hechos de dibujo, parece una mezcla de ambos mundos. Y es que cuando vi los actores que realizaban el filme, no me parecían ellos, ni mucho menos. Por ello, las imágenes y la fotografía son impresionantes y está todo cuidado al máximo detalle, como Spielberg sabe hacer. Además, si podéis disfrutarla en 3D mucho mejor, porque todos estos aspectos se realzan el doble, si cabe. El único "pero" que le podría poner es que, en alguna escena, es un pelín lenta, pero nada destacable, porque estarás pensando en qué va a ocurrir después.
Jamie Bell encarna al gran protagonista, y es más que sobresaliente su actuación ya que representa perfectamente esa curiosidad insaciable que siempre aferra a Tintín a cualquier caso que se le presenta en el camino. Ha hecho un gran trabajo, eso está claro. También hay actuaciones muy adecuadas de personajes como los policías Fernández y Hernández, que dan ese toque de humor permanente, y el magnífico Daniel Craig que personifica al malvado Sakharine de una forma grandiosa. Este actor fue al que más me costó encontrar, ya que no se parece físicamente nada al personaje que sale en la película, pero eso lo convierte en un trabajo más cuidado y elaborado. Eso sí, sin duda, el intérprete que más me encandiló durante todo el filme fue el que simbolizó al Capitán Haddock, representado por el actor Andy Serkis. Es un capitán divertido, torpe pero a la vez tierno, adicto al alcohol pero con unas ganas tremendas de sentirse orgulloso de sí mismo. Y Serkis lo encarna de una manera formidable. Tanto, que no me imagino a nadie más en su papel.
Por eso, no importa que este personaje de cómic y sus aventuras no te hayan llamado nunca la atención. De hecho, a mi no me ha entusiasmado nunca. Pero hay que verla, porque las grandes películas, las historias bien contadas y los personajes interesantes se lo merecen. Porque unos efectos especiales tan impresionantes y unos escenarios tan perfectamente proyectados se lo merecen. Y porque es una película para pequeños, mayores y medianos, para que aplaudas y aplaudas hasta que el final te deje con ganas de más...